13 sept 2018

Resistencia no es Resiliencia


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En el ámbito boxístico hace muchas lunas atrás, era conocido Mohamed Alí como un experto en resistir contra las cuerdas del ring hasta agotar al adversario. En un combate de 12 rounds, la estrategia empezaba alrededor del noveno. Todos esperaban tal momento, que estimo no siempre resultó.

Como es habitual en todos mis escritos, debo tomar algunas distancias respecto de si el boxeo es positivo o negativo, si esto derivo en el desarrollo del mal de Parkinson de Alí (cosa que hace sentido), o si su nombre debió quedarse como Casius Clay.

El asunto es que persiste la creencia de que la resiliencia se desarrolla solamente “aguantando” la mayor cantidad de dolor posible, con miras a que progresivamente duela menos o no nos haga daño. Si bien es cierto que el termino implica la protección de nuestra integridad, también es cierto que refiere al desarrollo de comportamientos positivos. El desarrollo de la resiliencia involucra una estrategia más allá del aguante.


Es preciso señalar la importancia de que el líder “salga de las cuerdas” para desplegar su estrategia, basado en: un objetivo claro, la asignación de recursos para lograrlo -no solo financieros- y un plan de acción agresivo que pueda transmitir esperanza. De hecho, de eso trata la esperanza.

Es tendencia habitual por estas tierras, el ejercer un liderazgo inspirador centrado de frases edulcoradas carentes de contenido. Sin embargo, no debemos olvidar el recordado “Sangre, Sudor y Lágrimas” ofrecido por Churchill. Me refiero modificar levemente el dicho “Llorar o vender pañuelos” a “Llorar si es necesario y vender pañuelos.

Enemigo de las recetas genéricas por considerar la importancia de los elementos propios de cada empresa, me permito plantear algunas directrices centradas en la psicología positiva organizacional.

En momentos exigentes como los actuales, es importantísimo sembrar a mas largo plazo, en lugar de solo intentar resolver la salida del atolladero. Esto es: Ir a los principios.  Ir a los principios implica tres elementos importantes. El primero asumir la felicidad corporativa como norte, apoyándose en la misión, visión y valores de la empresa. Una organización debe existir para generar bienestar hacia afuera y hacia adentro.

El segundo elemento es el cuido físico y mental de cada miembro. Es preciso estar atento que las crisis vividas son también crisis en la gente. Algunos no saben como manejarla y es menester otorgar herramientas para que cada quien pueda afrontarla de manera positiva y en concierto con la empresa. ¿Conoce cada trabajador cuál es el papel en estos momentos? ¿Lo saben o estamos ante un grupo sin cohesión buscando su fórmula para salvarse?

En este mismo orden de ideas, conviene dotar a los integrantes de la compañía de instrumentos para gestionar el “Yo puedo”, ya que uno de los sentimientos mas comunes es pensar que la situación supera las capacidades individuales.

Por último, es obligatorio reforzar el liderazgo, empleando lo señalado en los tres párrafos anteriores. El líder es un director de orquesta que potencia las competencias individuales para alinearlas al propósito deseado.

En la actualidad, es el responsable de promover la transición de “Yo puedo” individual al “Nosotros podemos” de manera colectiva.

Recordando nuevamente que la crisis nos permite siempre aprender de lo vivido, lo que constituye la base del “Ser Resiliente”



Psi. Cesar Yacsirk  
Miembro fundador de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva (SOVEPPOS)
Twitter @CYACS / Instagram: @c_yacs

Artículo publicado en la Revista Business Venezuela, edición número 359-2018

1 comentario:

  1. Excelente !!! Paul Stoltz, plantea que para ser efectivo en la lucha contra la adversidad es recomendable eliminar las búsqueda de los "por qué" y concentrarse en la solución.

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