Todos
los que tenemos hijos, sobrinos, nietos o primos pequeños hemos vivido una
situación semejante a la que voy a describir. En cualquier navidad usted,
amorosamente salía a buscarle a su pequeño, el juguete de moda o el regalo que
su presupuesto permitiera comprarle.
No
podía esperar a que llegara el día de navidad para ver el rostro iluminado ante
tan bien pensado regalo. Ese día 25 llegó, tal cual cuando debía llegar, luego
del 24. ¿Qué ocurrió? Después de algunos minutos, el niño se quedó jugando con
la caja. A pesar de este aparente desprecio, usted no decidió regalar el año
siguiente una caja. A lo sumo entender a que se le daba realmente valor de cada
regalo.
En
nuestras organizaciones
, a pesar que en este contexto no nos estamos refiriendo
a regalos, la motivación de los colaboradores es un eterno dolor de cabeza. Las
unidades de gestión de gente, con incuestionable buena intención, se plantean
planes de incentivos que no siempre son bien recibidos por el colectivo. O por
lo menos advertidos de su existencia.
Recuerdo
una oportunidad cuando una importante empresa planteo a nivel profesional un
reto, cuya solución grupal sería premiada (a cada uno de los integrantes del
equipo ganador) con un viaje a una isla caribeña. El resultado no fue
halagador. Aunque hubo un equipo ganador, nadie quería ganarse el premio por diferentes
razones.
En
este punto es conveniente introducir dos conceptos ligados a la motivación, la
motivación intrínseca y la motivación extrínseca. Aunque esto pueda ser solo una distinción
académica, cierto es ambas comparten el mismo valor. Es decir, la conducta la
“mueve” factores que provienen del medio externo, siempre y cuando sean
valorados internamente.
Si
nos ubicamos en el entono local e internacional encontramos que las estrategias
de motivación laboral tradicionales, son cada vez más costosas y limitadas.
Todo
indica que la estrategia en la actualidad parte conocer aún mas “mi cliente” interno, a fin de ofertar
incentivos que resulten realmente atractivos al “target”. Es momento por tanto de aprender de los profesionales y
técnicas de marketing. Resulta imprescindible recabar sistemáticamente
información relevante que permita tomar decisiones que logren nuestros
objetivos de la manera menos onerosa.
Son
muchas las acciones que pueden implementarse que no requieren grandes
cantidades de inversión pero si el conocimiento “fino” de quienes laboran en
nuestra organización.
¿Quiénes
realmente trabajan en mi organización? ¿Cómo está constituido su grupo
familiar?, ¿Tienen hijos? ¿A que dedican su tiempo libre, tienen hobbies?
¿Cuáles metas se plantean a corto mediano y largo plazo? ¿Estudian? ¿Desean
estudiar?
El
número de preguntas es innumerable y tal vez alguna de ellas le pueda resultar
irrelevante, por lo cual esta lista resultará por lo menos, incompleta. Es
necesario por tanto, hacer nuestra propia lista de aspectos a descubrir.
Una
vez conociendo bien a nuestra gente, podemos recorrer caminos que siempre hemos
querido transitar. Conociendo lo que realmente valora nuestro colaborador
podemos hacer un “match” con nuestros
valores organizacionales. Es decir, podemos canalizar nuestros planes de
incentivos “casados” con los valores
de nuestra empresa, siendo esta una manera de lograr compromiso organizacional.
Estoy
convencido que el buscar técnicas de marketing enfocados hacia lo interno, es
un camino viable para establecer estrategias de bienestar en la empresa.
Estrategias que van más allá de la forma o de lo que otras empresas están
realizando.
Por
último, nunca olvide informarlo, difundirlo, comunicarlo. No son pocas las
ocasiones que un buen producto no llega al consumidor por una tibia estrategia
de comunicación.
Suerte
en el camino!!!
Psi.
Cesar Yacsirk
Miembro
fundador de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva @SOVEPPOS
@CYACS
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