Negar la adversidad es
siempre una opción. Sin embargo, la adversidad existe y existirá siempre. Ante
lo inevitable de su existencia solo quedan dos caminos, sufrirla y dejarse
vencer o afrontarla constructivamente. Enfrentarla siempre será la mejor
opción.
Es aquí donde surge la
palabra “resiliencia”, palabra prestada de la ingeniería que expresa
la
capacidad de los materiales de regresar a su estado original después de ser
administrada una fuerza que los deforme, como puede ser un resorte o una liga.
En el caso de los seres
humanos, resiliencia corresponde a la capacidad de recuperación ante la
adversidad, aprender de la misma y salir fortalecido. Considerando que las
organizaciones son principalmente personas, es totalmente factible extrapolar
este término a la organizacional. Es decir, es posible aplicar esta capacidad a
las empresas
Para poder liderar en
tiempos como los vividos, es necesario liderar resilientemente. Para
desarrollar esta capacidad, resulta útil observar que caracteriza a las
personas que han lidiado con el infortunio, lo han superado y han aprendido de
este. De esta manera podremos extenderlo del contexto personal al contexto
empresarial
Víctor Frankl médico psiquiatra
vienes-judío, quien fuera confinado a un campo de concentración nazi, se
planteo salir con vida de su cautiverio, aprender y divulgar lo aprendido. Frankl
fue uno de los contados judíos que sobrevivieron al holocausto. Los 33 mineros
rescatados en el desierto de Atacama en Chile, son otro ejemplo de resiliencia,
La primera comunicación con sus rescatistas expresaba “estamos bien, en el
refugio los 33” Salieron en buen estado de salud 70 días después de haber
quedado atrapados.
Andrés Galarraga,
beisbolista venezolano es otro ejemplo de resiliencia. Luego de haber sido
desestimado de su posibilidad de hacer carrera en grandes ligas, haberse
fracturado la muñeca, haber perdido efectividad y habiendo sufrido un cáncer en
la espalda, ostenta varios records para venezolanos aún vigentes.
¿Cuáles elementos tienen
en común estos 35 personajes (Frankl, Galarraga y los 33 mineros). Presentemos
puntos coincidentes.
Todos tenían un propósito
o razón para superar la situación, más que difícil, retadora. Unas mas
trascendentes que otras probablemente. Sin embargo, bien sea ser un testigo que
contará lo sucedido y evitar su repetición, ser un ejemplo deportivo y de vida
o reunirse nuevamente con sus seres queridos, fue combustible para su
superación.
Segundo, a pesar que la
adversidad puede inmovilizar, los personajes citados se centraron en el hacer
que sucedan y no en el esperar que las cosas sucedan solas. Los 33 mineros se
organizaron en grupos, asignándose tareas que los mantuvieran activos en su
principal propósito: sobrevivir.
Un punto adicional de
coincidencia es que los ejemplos citados asumieron el reto basándose no en lo
que habían perdido, sino en lo que poseían. Es decir, no en la que la vida les
quito (libertad, salud, tranquilidad) sino en lo que las vida les dejo. Se
centraron en la acción, en la perseverancia, en el manejo de sus emociones, en
el perdón e incluso en el agradecimiento.
Para liderar
resilientemente personas y organizaciones es necesario por tanto, identificar
mis fortalezas (lo que tengo), en lugar que en mis debilidades. Y mas que
identificarlas, es ponerlas en práctica consistentemente. Haciendo la
aplicación de las fortalezas práctica común y no solamente ante la adversidad.
Psi.
Cesar Yacsirk
Vicepresidente
de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva SOVEPPOS
Profesor
Universidad Metropolitana
@CYACS
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